Segundo personaje de Enero inspirado en el disparador Alguien que habla con un desconocido.
Los días después del fin del mundo|Dan
Los días después de que todo ocurrió se volvieron un caos, una catástrofe
se sucedía después de otra sin darnos descanso. Aquello parecía el fin del
mundo y en realidad así fue, todo lo que una vez conocimos dejó de existir. El
mundo se volteó de cabeza, para los que logramos sobrevivir por supuesto. Más
que el fin del mundo aquello parecía el comienzo de nuestra extinción, todo
había sido nuestra culpa de eso no hubo dudas. Miles de personas murieron,
muchas más lo perdieron todo. Ahora, meses después del inicio del fin, me
encuentro con un grupo tratando de sobrevivir. Al principio cometí el error de
pensar que podía hacerlo solo, pero expuesto como estaba no habría durado
mucho. Las calles eran peligrosas, pero en ese entonces aún había electricidad,
en algunos lugares incluso aún funcionaba el WiFi y los teléfonos celulares
eran los objetos más codiciados, vi morir a mis amigos por ello.
Sin un hogar seguro para vivir y con escases de comida la vida se volvió dura,
cuando los derrumbes y las inundaciones se detuvieron solo fue cuestión de
tiempo para que los hombres comenzaran a matarse por casi cualquier cosa, si no
lo hubiera visto con mis propios ojos no lo creería, pero así fue. Una mañana
cualquiera comenzó, por supuesto que hubo señales antes de que todo pasara,
pero fuimos tan egocéntricos, tan estúpidos que no las vimos o si las vimos
decidimos pasarlas por alto y eso nos llevó a nuestra destrucción.
Ahora estamos aprendiendo a sobrevivir en este nuevo mundo, no es fácil,
pero supongo que ya lo hemos hecho antes. Poco a poco la vida se ha normalizado,
esta mañana mientras buscaba comida vi a un extraño, caminaba solo por lo las
ruinas de lo que había sido un complejo residencial, ahora no eran más que
escombros enterrados en la arena, sus pasos eran firmes y cargaba una pesada
mochila, probablemente llena de alimentos, tal vez su viaje sería largo, en
cuanto notó que lo miraba se llevó la mano derecha al bolsillo, seguramente
escondiendo un arma o tal vez quería hacerme creer que la llevaba, como sea no
pensaba hacerle daño. Me lo prometí a mi mismo.
Se tuvo a unos pasos de mí, me miró fijamente, su voz no tembló ni un momento,
pobrecillo, era apenas un muchacho y seguramente ya había pasado por mucho. Igual
que todos.
—¿Por este
camino llego a La Torre? —«¿La Torre? » pensé «¿Qué irá hacer allá?»
—No es muy
común ver viajeros por este lugar —el muchacho solo frunció el entrecejo —sigue
por este camino, estas a unos tres días, pero ten cuidado, por la noche no es
seguro, más adelante hay construcciones en pie, te aconsejo que busques refugio.
—Lo tendré en
cuenta. Gracias.
Lo seguí con la mirada hasta que se volvió un punto diminuto y aun seguí
mirando el horizonte mucho tiempo después de que mi vista ya no me permitió
distinguir su silueta. Había algo en ese muchacho que me recordaba a alguien.
«Al menos debí preguntarle su nombre» pensé para mí antes de volver a mis
asuntos.
Gracias por leer. Hasta la próxima.
1 comments:
Suena como que ese muchacho sin nombre al que se encontró es el protagonista de su propia novela...
(¡A ver si yo me uno al ejercicio en marzo!)
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