Algunas veces llega a sorprender lo descuidadas que son las personas al hablar sobre sus asuntos personales cunado usan el transporte público, sin preocupación alguna salen a relucir intimidades que deberían tratarse en un lugar un tato más privado.
Pero no es así, las personas hablan de sus vidas mientras viajan con personas a todos lados suyos como si estuvieran en una cafetería o en lo privado de su hogar.
He escuchado infinidades de problemas de pareja y las soluciones que les darán y se me han ocurrido un sin fin de maneras de solucionarlos, y no he de jactarme de ello, pero me parecen mucho más coherentes de lo que en realidad son las propuestas que ellos mismo se han dado.
No es que me guste escuchar las conversaciones ajenas, si se me permite la aclaración, pero algunas ocasiones es algo que resulta inevitable y parece además un buen ejercicio para el cerebro tratar de solucionar algún problema.
Por esa razón, mi consejo es: hablar de nuestra vida privada, precisamente ahí, en privado, y evitar que las personas que gusten de ello, escuchen nuestra platica, aunque soy totalmente cociente que algunas veces no hay mejor lugar que tratar nuestros asuntos, precisamente, que en la comodidad del transporte público.
Nemi
